Aquí os presentamos una nueva piedra labrada en la iglesia de Casafranca, gracias a Santiago Zamarreño Dominguez que ha pasado por nuestro pueblo, cuya opinión me parece muy interesante.
" ... Mi parecer de modesto lector de piedras (aficionado a la arqueología) es que se trata de un grabado tan importante como los otros, deteriorado porque parece estar semiinundado por restos de cemento. La figura, en sí, se asemeja a un antropomorfo con los brazos levantados, cabeza, tronco y extremidades inferiores arqueadas, creo que asexuado. Eso es lo que a mí me parece, aunque una limpieza del soporte donde está esculpida la figura tal vez revele otra interpretación. Creo, sinceramente, que sería interesantísimo el parecer de algún arqueólogo ..."
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Hace más o menos dos años, y en vista del mal aspecto de la iglesia de Casafranca, Blas Rodriguez Boyero, nuestro párroco, decidió revocar los paramentos, y cual no sería la sorpresa cuando en la fachada exterior de la sacristía aparecieron dos piedras labradas.
Por la disposición en la que se encuentran, en la misma fachada pero alejadas una de la otra, puede parecer que su presencia es aleatoria. Es decir, es posible que esas piedras fueran transportadas desde otro lugar y colocadas allí simplemente porque la forma era adecuada para ese hueco en el muro.
Analizando los dibujos, una de ellas claramente es una palmera, cosa curiosa en Castilla, aunque puede hacer referencia al país de origen del constructor, pero la otra presenta más problemas porque no parece nada conocido si exceptuamos el famoso candelabro de siete brazos (Menorah) de los judíos.
En este tipo de asuntos, como en el de las marcas de cantero del románico, es muy fácil dejar campo libre a la imaginación, así que investigué para saber si estos dos símbolos, candelabro y palmera, eran típicos de las sinagogas y aunque todavía no he encontrado ningún texto sí que he localizado:
Existencia de la llamada "Pileta Trilingüe" que se encuentra en el Museo Sefardí de Toledo, y una marca, que afirman que es una menorah, en la torre norte-oeste del Castillo Ursino en la Catania Judía, en Sicilia.
Si hubieran sido otros los símbolos y si no hubiesen estado asociados nunca, serían unas marcas corrientes, pero al aparecer juntos se abre una nueva línea de investigación que nos lleva por derroteros muy interesantes, empezando por el Auto de Fe realizado por la Inquisición en la persona de Jaime de Casafranca, hijo de conversos de segunda generación, mercader de Zaragoza y ayudante del secretario de Juan II (1425-1479).
Seguiré investigando.