En realidad vamos a hablar del interior de las viviendas, que es el lugar donde se desarrolla la vida familiar. No es una cuestión puramente arquitectónica o decorativa sino que tanto en la distribución, el mobiliario, el ajuar, etc., se conocen las costumbres de nuestros antepasados.
El interior de una casa es el hogar de sus habitantes.
M.R.C.V.
En su interior las viviendas tenían la misma distribución, que se ha mantenido inalterada desde la Edad Media hasta la segunda década del siglo XX.
Generalmente las casas eran de planta cuadrada o rectangular, dividida en las siguientes piezas básicas: Patio de Casa (zaguán), cocina, despensa (aprovechando el espacio bajo la escalera), sala con alcobas, subida al "sobrao" (desván).
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Los tabiques interiores estaban formados por pilares de madera con ladrillos de adobe cubriendo los huecos entre ellos, y recubierto todo ello con una pasta hecha de barro y paja enlucida con cal, lo que proporcionaba el color blanco a la pared, aunque muchas veces se mezclaba con tierra roja, muy común en la zona, lo que daba un color rojizo-anaranjado al muro
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Los techos de las habitaciones eran de tablas de madera clavadas a "cuartones" y todo ello sobre vigas grandes apoyadas en los muros exteriores.
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Es importante señalar en estas viviendas la ausencia de pasillo y corredores.
Destaca en esta organización interna la funcionalidad de todas las piezas incluyendo el llamado PATIO DE LA CASA, que además de distribuidor del espacio hacia las habitaciones, era utilizado por los habitantes para distintas actividades domésticas.