CIERVO VOLANTE, Lucanus cervus, (Linneo, 1758)
Reino |
Animalia |
Filum |
Arthropoda |
Clase |
Insecta |
Orden |
Coleóptera |
Familia |
Lucanidae |
Género |
Lucanus |
Descripción: Se considera que es el escarabajo más grande de Europa. Su tamaño total varía entre los 3 y 9 cm en los machos y los 2,8 y 5,4 cm en las hembras. También hay una gran diferencia entre machos y hembras (dimorfismo sexual), no solamente por el tamaño, sino por las mandíbulas, que el macho las tiene mucho más desarrolladas pues las utiliza para la lucha.
Hábitat: En el norte de la Península Ibérica parece predominar en la campiña de baja altitud, en un paisaje compuesto por una mezcla de cultivos, prados, setos y bosques dispersos caducifolios.
Costumbres: Las larvas de este insecto pasan de uno a cinco años alimentándose de madera en descomposición, razón por la que no son comunes en terrenos urbanos.
Tienen un apetito muy voraz, con tan solo un gramo de peso pueden comer en un sólo día 22,5 centímetros cúbicos de madera y alcanzan un tamaño considerable, llegando incluso a 10 centímetros de largo.
Los adultos se alimentan succionando la savia de los árboles y del zumo de frutas maduras. Su vida tras la metamorfosis es mucho más corta que la de larva: tan sólo de quince días a un mes. Pueden volar, alcanzando velocidades de 6 km/h.
Existen diversas teorías sobre cómo se aparean, aunque la más probable es que los machos se agrupen en torno a las hembras y se las disputen en combates que pueden ocasionar la muerte de uno de los contrincantes.
Las hembras ponen los huevos en los huecos de la corteza de los árboles muertos. La puesta se compone de unos 20 huevos de unos 3 mm de longitud, los cuales eclosionan a las dos o cuatro semanas.
En los atardeceres de verano los machos revolotean en posición erecta y emitiendo un intenso zumbido entre las hojas de las copas de los árboles. Las hembras, mientras tanto, suelen permanecer escondidas, hasta que llegado e crepúsculo ambos sexos suben por los troncos que rezuman sabia y se diputan sus sabrosos jugos.
Cuando son dos machos los que compiten por el alimento, sus combates, que van acompañados siempre de sonoros e impresionantes movimientos de las mandíbulas, resultan más espectaculares que sangrientos, pues ninguno de los contendientes suele utilizar su vistoso armamento con la fuerza suficiente como para llegar a matar. Por lo general, todo termina cuando uno de los insectos cae al pie del árbol y el vencedor se considera satisfecho de quedarse con el tronco en exclusiva.
En cambio, cuando dos machos se enfrentan por las hembras los duelos se convierten en luchas tan cruentas que, a menudo, los contendientes se hieren gravemente y hasta se seccionan los élitros, la cabeza o las mandíbulas. Ninguno de los dos adversarios se lo piensa dos veces antes de iniciar una pelea, así que, tras enlazar sus cuernos, comienzan a empujarse. En poco más de unos minutos de fragor belicoso, la pelea se decanta por uno de los dos contendientes. El vencedor, el más fuerte, acude entonces orgulloso junto a la hembra, se encarama a su espalda, se aferra fuertemente a ella con las patas y se aparea.
Observaciones realizadas por entomólogos han desvelado que estos insectos pueden permanecer en esta posición durante varios días, en ocasiones sin ni siquiera moverse de la rama en donde iniciaron el cortejo.
Estatus y protección: Esta especie está en regresión debido a la pérdida de su hábitat y a la caza pues es un ejemplar muy apreciado, por el que se llegan a pagar precios muy elevados sobre todo en Japón.
El Ciervo volante está protegido por la Ley.
Fuentes: https://es.wikipedia.org/wiki/Lucanus_cervus
http://arablogs.catedu.es/arablogs/blog.php?id_blog=1556&id_articulo=78312
http://petronor.eus/es/reportajes/ciervo-volante-el-goliat-de-los-coleopteros/
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